Una de las gratas sorpresas de este pasado fin de semana ha sido salir a tomar el aperitivo y encontrarse con esta portada del suplemento Cultura’s del periódico LaVanguardia. Nada más y nada menos que dos chicas besándose para ilustrar el erotismo oculto. Y, lógicamente, nos hemos puesto a investigar de qué iba todo esto.

El erotismo lésbico, portada de Lavanguardia

Portada del Cultura’s de LaVanguardia y «El triunfo de Carmela», el fascículo de los años 20 en la que está inspirada.

El reportaje en cuestión gira en torno a la publicación del libro «Culturas del erotismo en España, 1898-1939». Se trata de un trabajo de investigación de Maite Zubiaurre sobre este tema en el que se incluyen algunas referencias al erotismo lésbico de esa época, como «El triunfo de Carmela», un fascículo cuya imagen han usado para ilustrar la portada del suplemento.

Tampoco hemos podido resistirnos a averiguar más datos de esta publicación. Concretamente, «El triunfo de Carmela» salió publicada en enero de 1925. Cuenta la historia de dos amigas, Carmela y Marité, que se conocen en un internado de monjas francesas de un pueblecito del norte de España. Y, contrariamente a lo que cabría pensar para la época, las dos intiman con bastante naturalidad… Tanto los textos de Artemio Precioso como los dibujos de Varela de Seijas son de los más explícitos —con razón les llamaban los «felices años 20″…

En cualquier caso, son una auténtica joya de coleccionista las tres publicaciones: el suplemento de LaVanguardia, el libro de Maite Zubiaurre y el fascículo de los años 20.

El erotismo lésbico, portada de Lavanguardia

«Carmela besó los ojos y los labios de Marité y ésta le devolvió los besos. Se besaban lánguidamente, con deleite amoroso. Bajo la sombra del tilo, en la desierta umbría, siguieron entregadas a la efusión de su cariño».

El erotismo lésbico, portada de Lavanguardia

«Tres años habían vivido juntas, internas las dos en un colegio de monjas francesas, en un pueblecito de la costa del norte de España».

El erotismo lésbico, portada de Lavanguardia

«Aun quiso hablar Marité, y no pudo. La fascinadora le tapó la boca con sus besos persistentes, insaciables, y la mimosa sintió decaer su voluntad al calor de las caricias y languidecer su cuerpo entre los brazos opresores».