El tiempo pasa tan deprisa…tan solo hay que echar la vista atrás a cada una de nuestras pequeñas historias personales para darnos cuenta de ello, para descubrir que un buen día, cuando menos te lo esperas, te encuentras diciendo aquellas palabras que nunca creíste que ibas a pronunciar: parece que fue ayer, y ese día, es el primer día en el que comprendes que el tiempo pasa demasiado deprisa, sin remedio, es el día en el que te das cuenta de que a partir de ese instante, todo te parecerá que fue ayer, porque te parecerá que fue ayer aquel momento, aquel viaje, aquel beso, aquel abrazo, aquel encuentro…y entonces, llegará otro día cualquiera en el que alguien, en una verbena de San Juan cualquiera, mientras sostienes una copa de vino blanco en una mano y un Ducados en la otra, mientras la observas a través de los ventanales que separan ese lugar en el que estás del jardín, mientras la contemplas charlar animadamente con otras amigas a la vez que dispone platos repletos de comida en una mesa…ese día, alguien se te acercará y te dirá:
-Entonces, ¿cuánto hace que estáis juntas?
-A ver, déjame que cuente, ¿estamos en el 2013, no? –dice Carmen.
-Sí-responde Carol.
-Entonces hace 7. Pero hace 26 que nos conocemos.
-¿26?-dice Carol.
-Sí, parece que fue ayer pero ya han pasado 26 años.
-El tiempo pasa demasiado rápido a partir de un determinado momento-continúa Carol.
-¿Me lo dices o me lo cuentas?-responde Carmen.
Natalia irrumpe en la sala mientras se desata un delantal rojo que le llega hasta los pies.
-Todos a la mesa-dice.
Y entonces la gente abandona sus rincones tomando sus copas para acercarlas a la larga mesa dispuesta en el jardín, rodeada de antorchas de leds.
-¿Dónde está Miguel? –pregunta Natalia
-Mirando “Terminator” con Joan en el piso de arriba- responde alguien.
-Cómo si no la hubieran visto antes, ¡vaya dos!-dice Natalia
-¡Es verdad! En la Sexta3 están haciendo un ciclo de películas de los 80 y los 90. Un día de éstos hacen “Armas de mujer”-contesta Carol.
-¡Miguel! ¡Joan!-grita Natalia, pero ellos no vienen.
-Estos tíos no se enteran-dice Carmen.
-Voy a buscarlos- contesta Natalia y desaparece mientras la gente se ubica en su silla, alrededor de la mesa.
Ona se sienta entre Carmen y Carol.
-Me estaba explicando Carmen lo vuestro.
-¿Lo de nuestros encuentros y desencuentros?-responde Ona.
-Más o menos- responde Carol- Una vez escuché en una entrevista a alguien que exponía una teoría un tanto absurda si queréis, pero que da un poco de sentido a lo vuestro. No recuerdo muy bien…
-¿La teoría de las trayectorias elípticas vitales?-pregunta Carmen.
-Sí… algo así. ¿La conoces?-pregunta Carol.
-Sí, y también creo que a lo mejor, no es tan absurda como parece.-responde Ona.
-Bueno, al menos, le da sentido a todo esto. ¿En algún momento creísteis que no acabaríais juntas?-pregunta Carol.
-Yo siempre pensé que no acabaría con ella. Yo nunca creía que hoy estaría con Ona en esta fiesta… por ejemplo. Nunca me imaginé viviendo con ella y mucho menos casada con ella-dice Carmen.
-No sabía que estabais casadas, no me ha dicho nada Natalia- responde Carol.
-No lo estamos aún-dice Ona- Nos casaremos en septiembre, si a este gobierno no le da por derogar la ley… porque como se lo está cargando todo….
Natalia irrumpe en el jardín con Miguel y Joan.
-Ya podemos empezar-dice Natalia.
En la larga mesa empiezan a aparecer brazos que cogen montaditos, que untan paté, que pinchan anchoas y aceitunas, que pasan bandejas repletas de comida, que acercan botellas de vino… En uno de los extremos, un grupo charla del próximo viaje que preparan a Islandia. En otra parte de la mesa, Miguel y Joan toman asiento junto a Ona, Carmen, Carol y Natalia y junto a una chica rubia que no para de engullir aceitunas sin hueso y que se ha quedado a medio camino entre las dos conversaciones.
-¿No os hemos dejado terminar la película?-dice Ona
-No os preocupéis, creo que la he visto 100 veces-responde Miguel.
-Y yo 200-dice Joan
-Yo también la he visto tantas veces que me sé fragmentos enteros-comenta la chica rubia mientras se acerca una aceituna a la boca.
-Yo la he visto un montón de veces. Siempre asocio Terminator con Sayonara Baby. Y creo que no dice esa frase hasta la segunda parte-dice Carol.
Carmen y Ona asienten.
-Si, no lo dice hasta la segunda parte y además sólo la dice en la versión española. En realidad Schwarzenegger decía: hasta la vista, baby-dice Ona y luego, sonríen.
-¿De qué os reís?-pregunta Natalia.
-De nada, cosas nuestras-responde Carmen.
-¡Cómo que cosas vuestras!-dice Natalia.
-De veras, cosas nuestras sin importancia. Chorradas-dice Ona.
-Ah, no. No nos podéis dejar a medias. Eso no se hace-dice Carol.
Ona se ríe de nuevo y responde.
-Terminator me recuerda a Carmen, al día que nos conocimos y a todo lo que vino después.
-¿Ah sí? ¿Y eso?-pregunta la chica rubia, acercándose a la boca tres aceitunas sin hueso a la vez y sorbiendo un Martíni.
-Es un poco largo de explicar- dice Ona.
-Tenemos toda la noche por delante y además, mis padres se han quedado con Óscar, así que no sufras- responde Natalia.
-¿Y para un día que no tienes al niño quieres que te pegue este rollo que además ya has escuchado mil veces?-pregunta Ona.
-Sí, no me importa. A mí también me toca explicarle el cuento de los Tres Cerditos cada noche, y el tío está encantado-dice Natalia.
-Por mí, encantada-dice Carol-Me chifla que me expliquen historias.
-Andad con cuidado con Carol que igual le da por escribir algo sobre vosotras-dice Natalia- y encima publicarlo en esa web en la que colabora.
-De todos modos, tampoco os esperéis la gran historia. Es una historia cualquiera. Bueno para mí, fue un flechazo- dice Carmen.
-¿Fue un flechazo? –pregunta Carol.
-Para Ona no, pero para mí sí-responde Carmen- Por eso la miré así la primera vez que la vi.
-¿Cómo es “así”?-pregunta la chica rubia.
-Como Schwarzenegger observando humanos y objetos terrícolas-responde Ona.
Todos ríen.
-Vamos, que le hiciste una fotografía para enmarcar la primera vez que la viste-dice Miguel.
-La verdad es que sí. Me recreé un poco, es cierto. Si no llega a ser porque Mr. Haddon nos cortó el rollo…-responde Carmen.
-¿Mr. Haddon?-pregunta Carol.
-El antiguo propietario del colegio en donde nos conocimos. Se pasaba el día persiguiendo a todo aquél que pronunciara una palabra que no fuera inglés-dice Carmen.
-¿Qué hace ahora Mr. Haddon?-pregunta la chica rubia llevándose a la boca la última aceituna del plato.
-Mr. Haddon murió hace muchos años, supongo. En aquella época ya era un abuelito encantador y cascarrabias.-responde Carmen.
-¿Sabéis que conoció a la protagonista de Memorias de África?-dice Ona.
-¿A Isak Dinesen?-pregunta Joan.
-Isak Dinesen era un pseudónimo-dice Natalia-En realidad se llamaba Karen Christenze Dinesen.
-¿No era Karen Blixen?-pregunta Miguel.
-¿Conoció a la de “Yo tenía una granja en África al pie de las colinas del Ngong?-pregunta la rubia.
-¡A ver que os distraéis con una mosca! Como no centremos el tema, nos vamos a perder, las historias siempre se tienen que empezar por el principio. De hecho, siempre es mejor así-dice Carol.
-Tienes razón.-dice Natalia.
-Venga, empezad por el principio o vamos a acabar chalados perdidos- afirma Carol.
-Es que en esta historia hay varios principios-dice Carmen.
-Es verdad, cuando todo parecía empezar entre nosotras, en realidad todo se acababa y nos daba la sensación de que siempre teníamos que comenzar-continúa Ona.
-Empezad por el principio del principio-les pide Carol.
-Vale. Pero tenéis que retroceder a 1986. Hombreras, pantalones pitillo…náuticos…-dice Ona.
-¿Jerseys marca Privata?-pregunta la chica rubia.
-Es verdad. Jerseys marca Privata-responde Ona riendo.
-¡Qué tiempos! Si esto fuera una película, seguro que fundirían a negro y en la pantalla podríamos leer: Unos años antes-dice Carol.
-No sé a vosotros, pero a mí siempre me han encantado esas historias que empiezan con: Unos años antes- continúa Carmen.
-Y a mí. En fin, imaginadme mucho más joven, mirando un paisaje alucinantemente verde por la ventanilla de un avión de la British. A mí lado estaba sentado un señor que leía La Vanguardia. Era el 14 de Septiembre de 1986-recuerda Ona.
-Para eso el cine es fantástico, porque en el momento en el que aparecieras en pantalla, seguro que la cámara haría un travelling lateral y se detendría en ese señor de al lado que estaría leyendo La Vanguardia y entonces enfocaría el margen derecho y observaríamos la fecha de aquel día, 14 de Septiembre de 1986. No te haría falta nada más para situar a la peña-dice Carol.
-Tienes razón. Bueno, el caso es que ése día, cuando aterricé y puse mis pies en el finger, me dio la sensación de que había dado un gran paso en mi vida, como si fuera Armstrong pisando la luna y tuve la certeza de que mi futuro estaba a punto de comenzar y ¿sabéis una cosa? Tenía razón, porque ese día empezó todo.
FIN
SAYONARA BABIES
Este relato está registrado. ©
Me ha encantado!
Gracias por compartir esta historia, me ha gustado de principio a fin.