-Otro año se acaba, cariño.
-Sí, nuestro noveno año juntas… ¡Cómo pasa el tiempo!
-¡Y qué raro está el mundo!
-¿Por qué lo dices?
-Por todo en general. Muchas veces, no entiendo nada de lo que ocurre a mi alrededor.
-¿Qué quieres decir, exactamente?
-Pues mira, el otro día, sin ir más lejos y para ponerte un ejemplo, cuando le dieron a Berlusconi en los morros con el Duomo, los medios de comunicación empezaron a apuntar enseguida hacia un supuesto perturbado mental, y yo, francamente, en algunos momentos no sabía exactamente a cuál de los dos se referían, si al agresor o a la víctima.
-Es verdad, a mí me pasó lo mismo, hay que ver lo mal que nos explicamos los humanos a veces. Porque, a ver, ¿tú te crees eso de que hayan aprobado el matrimonio homosexual en México? No digo que no pueda ser perfectamente posible, pero, ¿quién nos asegura que no es una trampa, una mera estrategia diseñada al milímetro, para que los homosexuales mexicanos se hagan visibles y así poderles rebanar mejor el pescuezo? A todo aquel que levante la cabeza, ¡ñaca!, uno menos. Yo, de ellos, no me fiaría mucho… ¡Hermanas mexicanas, sed cautas! Y, sobre todo, velad para que no mueran más mujeres en Ciudad Juárez.
-Oye, que en nuestro país también siguen muriendo mujeres cada día.
-Cierto, hay cosas que se mantienen en el tiempo y son comunes a todas las culturas, y no hay duda de que la violencia contra las mujeres es una de ellas. Lástima que con otros comportamientos, como la solidaridad, no ocurra lo mismo, seguramente por eso la última reunión sobre el clima en Copenhague ha ido como ha ido.
-Volviendo a México, si tu teoría fuera cierta, la ley del matrimonio homosexual en España, y en los demás países donde se ha aprobado, también podría tratarse de una trampa, ¿no?
-Claro, y quizá algún día la suframos en nuestras carnes y seamos víctimas de una conspiración en toda regla. Quién sabe si esta ley no será un arma de doble filo que puede volverse en nuestra contra cuando la derecha vuelva al poder. Porque, tarde o temprano, los conservadores mandarán de nuevo, con toda seguridad.
-¿Y nos obligarán a llevar bandas identificativas de color violeta en el brazo?
-Por supuesto.
-¿Y construirán muros en las calles para que los de la acera de enfrente no nos mezclemos con las personas “normales”?
-Claro.
-Y, digo yo, ¿cómo se sabe cuál es la acera de enfrente? Porque eso depende de dónde se ubique cada uno, ¿no?
-Ten por seguro que la de enfrente siempre será la tuya, así que resígnate a vivir constantemente enfrentada a “ellos”.
-¿Y nos deportarán hacia destinos sin retorno en convoyes especiales?
-Seguro.
-¿Sabes qué te digo?
-¿Qué?
-Que estás un poco paranoica.
-Sí, sí, tú ríete, pero, por si no lo sabías, en algunos países del llamado “primer mundo” todavía no podemos ser donantes de sangre. Estoy hablando, por ejemplo, de Andorra, una nación que pretende ser plenamente europea y que mantiene relaciones diplomáticas totalmente normalizadas con los estados de su entorno, entre ellos España.
-¡Pero bueno! ¿Qué pasa, que lo nuestro se contagia? ¿Tú has oído alguna vez que alguien haya muerto de lesbianitis?
-No, pero si es necesario se inventarán lo que sea con tal de seguir tratando a gais y lesbianas como ciudadanos y ciudadanas de segunda clase.
-Mujer, no puede ser todo malo, algo habrá ido bien este año.
-Pues sí, tenemos, entre otras cosas, la guía para padres y madres de la AMPGYL, y también nos queda la alegría de vivir que nos caracteriza como colectivo. Me temo que sin ella ya habríamos desaparecido de la faz de la tierra en alguna etapa de la evolución humana.
-Visto el panorama, ¿qué le pides al año nuevo?
-Ante todo, que no me falte esa alegría de vivir, y después, que no me faltes tú.
-Y humedad, mucha humedad.
-Eso. Y camisas de franela.
-A cuadros.
-Y más pantalones llenos de cremalleras y bolsillos.
-Y que salgan del armario más lesbianas famosas que intervienen en la vida pública, para que contribuyan a la normalización definitiva.
-Por supuesto, que ya está bien de dobles vidas y de no preguntar para no tener que dar explicaciones.
-¿Qué más deseas?
-Que los ginecólogos y las ginecólogas, y el resto de médicos en general, hagan las preguntas correctas y en el orden preciso en sus consultas, sin dar por sentado que todos sus pacientes son heterosexuales. En mi última revisión, la ginecóloga me preguntó si mantenía relaciones sexuales, y yo le dije que sí. Acto seguido me preguntó si tomaba medidas anticonceptivas, a lo que yo respondí que no. En la siguiente pregunta quiso saber si deseaba quedarme embarazada, y al negar yo con la cabeza, va y me suelta, con cara de sorpresa y de no entender nada: “¿Y entonces?”.
-¿Y qué hiciste?
-¿Qué iba a hacer? Decirle amablemente que se había saltado una cuestión ligeramente importante, justo después de preguntarme si mantenía relaciones, y que la próxima vez hiciera el favor de seguir el orden correcto del cuestionario, a saber: pregunta 1. “¿Mantienes relaciones sexuales?” En caso afirmativo, pregunta 2. “¿De qué tipo?” Y a partir de aquí, sólo es necesario seguir según las circunstancias de cada paciente.
-Pues claro, no es tan difícil, creo yo.
-En fin, mejor lo dejamos… ¿Brindamos ya por el nuevo año?
-Brindo porque cada uno tenga lo que merece.
-Sí, y porque le sigan tocando la cara a Berlusconi con reproducciones de todos los monumentos de su país.
-¡Sí! ¡Con la cúpula del Vaticano!
-Y con la Torre de Pisa.
-Y con una góndola, que es más puntiaguda.
-Eso.
-Y, sobre todo, larga vida a Fanny Ardant y a todas las bellezas de su misma especie.
-Por supuesto. ¡Salud!
Que la vida os sonría y que se cumplan todos vuestros anhelos a lo largo del nuevo año . Feliz 2010.
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[…] a Querma de merecidísimas vacaciones navideñas, así que hoy no podemos ofreceros ninguno de sus relatos. A […]