No lo decimos nosotros: lo afirma un estudio publicado en Christian Science, prestigiosa revista con un oxímoron por título que ya ha dado de sí reportajes memorables como «Partenogénesis en mamíferos: un hámster de laboratorio da a luz al mesías», o «Concesiones a Darwin: salvo los europeos, los demás quizá vengan del mono». El artículo en cuestión no sólo atribuye la causa del lesbianismo a un microbio, sino que también advierte del riesgo de transmisión a través de alimentos contaminados: «El lesbianismo y la gastroenteritis podrían tener mucho en común.»
La investigación comenzó en invierno de 2008, a raíz del extraño suceso ocurrido en un internado católico de Ballingarry (Irlanda). Una serie de inspecciones nocturnas en los dormitorios reveló la escandalosa cifra de un 98% de alumnas con conducta homosexual probada. «El hecho era inexplicable», reza el artículo, citando a la directora, reverenda Grace Tilling: «Ballingarry es una comunidad aislada y tranquila, libre de malas influencias: no hay televisión ni literatura ligera, y está prohibida la música pop; sólo son cien chicas vírgenes de entre trece y dieciséis años, vestidas de uniforme, estudiando, haciendo deporte y duchándose juntas y compartiendo habitaciones por parejas. ¿Cómo ha podido tentarlas el Maligno?»
Para el profesor W. J. Obladiah, comisionado por el obispado de Cork, el caso tenía toda la pinta de una «infección masiva». Un año después, publica sus conclusiones: el «mal de Lesbos» se transmite por un microorganismo aún no aislado, pero ya bautizado como Bollovirus Omeletti, que debía de encontrarse «en algún ingrediente empleado por las monjas en la cocina, quizá de una marca favorecida por la propia orden: eso explicaría los casos detectados entre las beatas de otras comunidades». Aunque esta teoría no ha sido acogida con tantas alabanzas como insultos en los círculos académicos, el obispado ya ha encargado una inspección de sanidad en Ballingarry. Mientras tanto, las alumnas han sido trasladadas al pabellón femenino del hospital universitario de Killarney, donde, Dios mediante, se repondrán de su «perversa afección» bajo los atentos cuidados del equipo de volley playa de la facultad de enfermería. Rezamos por su pronta recuperación.
Texto: Edgar. Dibujos: Carles Ponsí.
Ja, ja, ja. LadyMy yo esperamos que os hayáis reído con esta falsa noticia que han publicado nuestros compañeros Édgar y Carles en la web de El Jueves, tanto como nosotras. Y sí, este Édgar es el mismo que nos diseñó las camisetas que les regalamos a Kate Moennig, Leisha Hailey y Erin Daniels en L3 con su caricatura. ¡Les encantó!
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