Sí, sí, lo sé. Nos hemos pasado con la demora de este post pero es que la espera vale la pena, de verdad. Además moverse entre 3.000 fotos -resultado de esas tres semanas de vacaciones- tiene tela. Bueno, recuperamos la historia donde la habíamos dejado con el anterior post: sabíamos que por allí pululaban la Beals, la Holloman, Marlee Martin y Alexandra Hedison y, lo mejor de todo, teníamos tres sitios posibles donde pillarlas: la galería de arte donde ya se estaba rodando lo que parecía una fiesta de inauguración de exposición, el set de cátering y las caravanas de maquillaje y descanso. Poco a poco tomamos posiciones justo delante de la puerta central de la galería. Allí, sin duda, había más movimiento. Le pregunté a una chica de seguridad y me dijo que, pese a que iban a rodar interiores, si nos quedábamos por allí y no nos hacíamos notar podríamos ver bastante. Y eso es lo que hicimos durante un buen rato, hasta que nos hartamos de ver técnicos de iluminación y de sonido montando y desmontando cosas y a los extras rodando sus escenas. Estaba claro que allí estaban rodando… pero nada que pudiéramos ver. Decidimos pillar la furgo para ir a set de caravanas a ver qué ocurría por allí, y darnos un garbeo motorizado. Pero allí todo seguía igual. Los mismos monovolúmenes recogiendo gente y objetos y, de repente, una novedad: vimos a Cynthia Summers, la encargada de vestuario de «The L Word«, cargando con unos cuantos modelitos de fiesta. Otra cara conocida que localizábamos…

En fin, cogimos la furgo y justo al pasar por delante de la galería de nuevo, las cuatro coincidimos: aquella figura que se adivinaba a través del escaparate de la galería vestida de negro ¡¡¡ERA JENNIFER BEALS!!!

 
 

¡Flipaaaaaante! Efectivamente, habíamos visto a la Beals. Sin entender muy bien cómo mientras nosotras habíamos ido en busca de la furgo en el rodaje había habido un cambio de escena y ahora las protas -y no los extras- eran las que tenían que rodar justo de cara a la calle. ¡Por fin íbamos a ver algo decente!

Dimos unas cuantas vueltas en la furgo rodeando la galería para comprobar que aquélla era la Beals y efectivamente era ella. Así que el siguiente paso era aparcar y plantarnos allí delante a seguir el rodaje. Cuando por fin nos acercamos para verla de cerca, Jennifer desapareció, los técnicos empezaron a hablar por los walkies, pararon en seco de trabajar y de repente iniciaron una estampida. Todos al unísono se pusieron a correr en la misma direccíón. No teníamos ni idea de qué pasaba, pero unos segundo más tarde LadyM y yo los seguimos para descubrir el motivo de la huída: eran las 5.30 de la tarde pero tocaba comer algo. Nos plantamos en el set de cátering en un plis plas y… ¿a quién vimos allí?

Pues primero a Marlee Matlin acompañada de un gorila -es decir, de un segurata de los grandes- montándose en una furgoneta y después, ante nuestras narices, ni más ni menos que a Laurel Holloman recogiendo su comida, acompañada de su verdadera hija, como cualquier otro miembro del rodaje. Bueno, no como cualquiera porque a la Beals no asomó su cabecita por allí en ningún momento. ¡Menudo puntazo!


 

Pues sí Laurel, Jennifer y Marlee estaban allí trabajando. Eso era un hecho. A Laurel pudimos verla de sobras, pero nos quedaba ese rodaje que la Beals y la Matlin habían dejado a medias…
Media horita después todos volvieron a sus puestos. Laurel desapareció por una hora pero a cambio pudimos presenciar el rodaje de una escenita fuertecilla entre Bette y Jodie. Por lo que vimos, ambas se enzarzaban en una discusión en la presentación de la exposición. Y esa discusión fue lo que pudimos ver montones de veces porque no pararon de repetirla para tomar así todos lo ángulos de cámara necesarios. Lo más curioso, y con lo que yo no contaba -porque francamente no me imaginaba este nivelón de caché por parte de las actrices- era con las dobles de Jennifer y Marlee.

Dos chicas desconocidas salían una y otra vez ante nuestros ojos para que los técnicos pudieran preparar la toma. Cuando ya estaba todo ok, aparecían Marlee y Jennifer se colocaban en sus marcas y soltaban sus frases para esfumarse segundos después. No sé, lo vi muy de divas este rollo. Quizás lo hacen todos los actores pero no me entra en la cabeza que Leisha y Katherine Moennig tengan también sus dobles para estas escenas… Sinceramente lo dudo, a ellas sí me las imagino sirviendo como conejillos de pruebas para iluminadores y chicos de audio, aunque visto lo visto cualquiera sabe… ¡Desde luego con la Beals yo esto no me lo esperaba!

En fin tanta discusión nos dio bastante juego para recrearnos la vista con Jennifer Beals -también hay que decirlo- y para intuir un poco de qué iba a ir el capítulo…

La siguiente escena tenía lugar también dentro de la galería y en ella ya sí participaba Laurel Holloman. Por lo que pillamos, digamos que Jodie y Bette estaban juntas en la exposición y se topaban por casualidad con Tina, lo que las llevaba a esa discusión que habían rodado previamente… Seguíamos el rodaje segundo a segundo con cámaras, teleobjetivos y prismáticos para no perder detalle, hasta que de repente Jannifer Beals nos vio al otro lado de la calle puso cara de susto, en plan qué hacen estas psicópatas, y se paró el rodaje…