Ahí va el resumen del episodio 7:
En el Chica Busca Chica las cosas empiezan a ponerse… ¡intensas! Ana está desesperada contándole sus penas a Michelle, la otra camarera. No entiende cómo sus citas con la mensajera no pasan de «un abracito por aquí, abracito por allá, abracito por el otro lado…» ¡Pero de lo otro nada de nada! «Mira tía es muy fácil: cuando te lleve a casa tú tienes que fijarte muy bien en lo que hace», le aconseja Michelle, «Si para, es que solo quiere un beso; si ni para, pues entonces no hay nada que hacer; pero si aparca, tía si aparca, es muy fuerte porque entonces es que quiere subir a tu casa, ¿sabes?». Uuuuh, lástima que Ana piensa ir andando a su cita de esta noche.
Rosi también está en el bar con un nuevo ligue llamado Patri, para darle unos cuantos celos a Nines y la cosa empeora para Nines ya que Mónica aparece vestida de femme fatale, haciendo equilibrios sobre unos zapatos de tacón que no son su número y asesorada estilísticamente por su amigo Fran, quien no para de repetirle que, por favor, un poquito de dignidad. Mónica quiere demostrar al mundo que es una mujer fuerte, decidida y que no se va arrastrando por nadie… Pero en cuanto ve a Nines no sólo pierde la dignidad sino también ¡el relleno de su sujetador! Nines empieza a ponerse nerviosa ante tanta ex, sobre todo cuando ve que Rosi y Mónica acaban de entablar conversación: «Ya veo que estás como siempre. ¿Que haces aquí?», le pregunta Rosi a Mónica, «Lo mismo que tú», le dice ella. «No, lo mismo no. Yo no me estoy poniendo en evidencia!», corta Rosi tan seca como siempre. Mónica finalmente asimila que Nines no está con Rosi así que su siguiente movimiento es invitar a Nines a dormir a su casa mientras no encuentre otra cosa. Pero dejándole claro que como amigas y que ella sí sabe aceptar un «no» como respuesta… Y Nines sin saber la que le espera… ¡acepta!
En casa de Mónica, Nines y ella intentan dialogar sobre su situación pero Mónica sigue en su mundo de luz y de color intentado recuperar a Nines y utiliza la táctica más infalible: el ataque directo a su cuello a base de besitos, mimitos, susurros… y Nines que no es de piedra, ¡sucumbe a la trampa!
A la mañana siguiente Mónica, de súper buen humor tras el que según ella ha sido el polvo del siglo, recibe a Carmen que, mega cabreada, se planta en su casa maleta en mano sin parar de refunfuñar.»Que falta te hace que te echen un polvo», le suelta Mónica. Pero claro, cuando Carmen ve a Nines en la casa y se entera de que ha vuelto con Mónica, el cabreo va a más y pasa hasta de saludar a Nines. Y Nines que no tiene un pelo de tonta pasa al contraataque y le estampa un romántico beso de despedida a Mónica para provocar más celos aún en Carmen. Parece que Carmen va a tener que empezar a mojarse…
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